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jueves, 14 de octubre de 2010

Un inciso literario por si algún amante de la lengua desea disfrutar. Mario Vargas Llosa-Nobel 2010

Premio Nobel de Literatura 2010,
Mario Vargas Llosa

¡Y pensar que la pólvora iba a apoderarse del mundo trayendo tantas alegrías y reconocimientos para “recompensar” las fatalidades que produjo! Su inventor, Alfred Bernhard Nobel, estuvo arrepentido del daño ocasionado, por su descubrimiento, en las guerras. Aunque él sólo buscaba fomentar la minería, el resultado no fue el deseado. Tras esto, con avanzada edad, admitió sentirse mal con el mundo y firmó su testamento, donde se incluía la creación de una plataforma que reconociera anualmente los méritos a eminencias de distintas áreas. Desde el principio los premios oficiales son: Química, Física, Fisiología y Medicina, Paz y Literatura. Este último es, a petición de Alfred, elegido por la Academia Sueca “al creador de la obra más destacada, en la dirección ideal.” Los nombramientos generan cada año críticas, ya que grandes autores no poseen dicho título. Hasta en 11 ocasiones un hispano hablante ha recibido dicho galardón.
El 28 de marzo de 1936 florecía en Arequipa (Perú) Jorge Mario Pedro Vargas Llosa para construir una de las figuras literarias más relevantes de la época actual en Latinoamérica gracias, en parte. a la abierta influencia extranjera. Su infancia estuvo marcada por las disputas de sus padres y el rechazo paternal por la vocación escritora de aquel niño tan despierto. Estuvo casado con Julia Urquidi de 1955 a 1964 (el hecho de ser su tía política materna les alejo de la familia) y desde el 65 es cónyuge de su prima, Patricia Llosa. Fruto de esta unión nacieron tres hijos: Álvaro (escritor), Gonzalo (empresario) y Morgana (fotógrafa).
Inició su andadura literaria con una obra de teatro, La huida del Inca (1952), a la prematura edad de 16 años. No obstante, antes escribió guiones de radio y cine, así como artículos periodísticos. Siempre estuvo muy activo en esto último, pero no abandonó la creación de novelas, obras, ensayos y libros de opinión: política, de la vida, y sobre su propia profesión. Comenzó la novela con Los Jefes (1959), un libro compuesto por siete cuentos. Sin embargo, fue La ciudad y los perros (1963) la que le llevó directamente a la boca de los más grandes y se hizo un hueco con su primera gran novela, por el uso de una forma exquisita de las técnicas literarias. Más tarde, llegaron La casa verde (1965), Los cachorros (1967) y Conversación en La Catedral (1969) para dar paso al ensayo basado en su tesis sobre la obra de García Márquez, llamado Historia de un deicidio (1971). Después de esto, se alejó de la seriedad y tuvo momentos para el humor como bien definió Raymond L. Williams. Comenzó esta etapa con Pantaleón y las visitadoras (1973). Su siguiente novela fue dedicada a su primer matrimonio, La tía Julia y el escribidor (1977). De esta forma, se observaba como en cada novela componía una parte de su infancia y adolescencia, retratos vivos hechos letras. Desde ese momento, cada 3-4 años publica una nueva novela. Entre las cuales destacan La guerra del fin del mundo (1981) y La fiesta del Chivo (2000). Ligado a esta faceta del autor, emerge la obra Contra viento y marea, repartida en tres tomos escritos de 1962 a 1988. En ellos quedan recopilados los artículos periodísticos y ensayos más relevantes del peruano, nacionalizado español. Encontramos también, El pez en el agua (1993) que relata su autobiografía, aunque con discutidas críticas a intelectuales peruanos adversos a él. Para concluir sus obras sorprende la historia infantil, Fonchito y La Luna (2010) escrita con 74 años que deja ver, una vez más, su continuo crecimiento.
Para muchos, la mirada crítica de Vargas Llosa ha sido la que le dio fuerza de voz y voto, tras dejar la literatura a un segundo plano. Su moral política hizo que siempre encontrara la forma de desarmar las actividades del gobierno peruano y otras instituciones mundiales no acordes con él. Del mismo modo, estuvo latente siempre la disputa con Gabriel García Márquez, que de ser grandes amigos pasaron a la rivalidad a partir de 1982, cuando Cien años de soledad (2ª obra más importante en castellano de la historia) dio el Nobel al colombiano. En otra dimensión, sus reflexiones sobre la figura del escritor han sido contundentes, llegando a afirmar que un escritor es un “aguafiestas” e ideando teorías sobre “el demonio interior” que explica el escribir como la expulsión de elementos para liberar la conciencia de incubadas perturbaciones. Asimismo, Mario Vargas Llosa dijo “Creo que el origen de toda vocación literaria es una insatisfacción profunda de la realidad que lleva a un hombre, demencialmente, a querer sustituir el mundo real por otro, creado con palabras, que es a la vez reflejo y negación de aquél. Esta rebeldía no sólo es profunda, sino también ciega: el rebelde ignora la raíz de esa insatisfacción y escribe buscándola. Si supiera qué es exactamente lo que anda mal entre él y la vida, es probable que su rebeldía adoptara formas menos quiméricas que la creación de espejismos verbales (por ejemplo: la revolución, el convento, el suicidio).” para concluir “Quiero decir que si un escritor supiera precisamente por qué escribe, dejaría de ser escritor”. Cambiando de ámbito, deja entrever su idea que dice “el individuo está por encima del colectivo”. Por tanto, se puede apreciar en los textos del columnista la necesidad de exponer su opinión en temas que van desde la política en Perú (fue candidato a la Presidencia en 1990) hasta su forma de pensar en ámbitos cotidianos.
Creí que la Academia me había olvidado” reconoció. El galardón les ha pillado de sorpresa, tanto a él como a su esposa, Patricia, mientras estaban en Nueva York. En un principio se tomaron la noticia como una broma que interrumpía la que iba a ser una mañana más: “Me levantaba con sumo cuidado a leer (mi más preciado entretenimiento) hasta el amanecer, mientras observaría el delicioso panorama dorado que presentaba el otoño. Prepararía las clases, ejercicios para la espalda, caminata por Central Park, lectura de los periódicos, desayuno, ducha y a escribir mi columna Piedra de Toque (esta dedicada a un peculiar suicidio). Pero antes de empezar el programa, ella emergió con rostro asustado para darme el teléfono. Pude pensar en todo menos en el comunicado de que sería nombrado Premio Nobel, como siempre soñé. Vi la vida en cien imágenes y cuando el mundo confirmó la noticia, deje de pensar y casi hasta de respirar” afirmó. Desde el nombramiento es la misma persona pero distinta es su mirada. Autodefinido escritor y no profesor, destaca la felicidad que le produce el premio, merecido por toda la literatura hispana y hasta bromea: “Lo mejor es que ahora ya no tendré que explicar por qué no me lo daban”: Para iniciar el curso en Princeton dijo así sobre la cultura, referido tímidamente al Nobel: “La cultura no es cantidad sino calidad. Hemos hecho de la cultura uno de eso castillos construidos sobre la arena que se deshacen al primer golpe de viento.” De otra forma, comentó meses antes también: “Me angustia la forma que algunos escritores callan. Desecho la idea de dejar de escribir, y espero poder seguir trabajando con lucidez y espíritu crítico, así como a los autores consagrados que tienden a convertirse monumentos de sí mismo.
Mario Vargas Llosa no deja indiferente a nadie. No han sido pocas las posturas a favor y en contra. Su eterna candidatura al Nobel creó discusiones en los cinco continentes. Ahora, cuando nadie se lo puede arrebatar siguen escuchándose esas opiniones sobre su persona y sus textos. Los defensores le catalogan como el “innovador de una novela realista total” y le acercan a la excelencia. Del mismo modo, marcan de él su necesidad de leer en cualquiera de las bibliotecas que encuentra, así como su faceta conflictiva que el mismo reafirma dado su pensamiento liberal y carácter crítico con las dictaduras de izquierdas o derechas. El presidente de Perú tras conocer la noticia dijo orgulloso: “El mundo le reconoce la inteligencia y voluntad libertaria y democrática, siendo un acto de justicia enorme que esperamos desde nuestra juventud”. Otros como Arturo Reverte reflejaban su júbilo por la noticia añadiendo que “es el Nobel a las dos orillas y al bicentenario de la América hermana”. En la otra postura, sus diferencias con Cuba le han creado bastantes enemigos. Allí repudian su ideología democrática y le nombraron como el anti-Nobel a la ética. En cambio, algunos le reconocen su mérito literario, que al fin y al cabo es lo que distingue el premio en su figura.  Sus detractores, como el actor Willy Toledo le tachan de “peligroso derechista por sus ideas ultracapitalistas y neoliberales”.
En definitiva, todos lo premios habidos y por haber que posee lo avalan con uno de los grandes y quizás el más grande de los escritores del boom latinoamericano. Desde el premio Leopoldo Alas (1959), hasta el Nobel (2010), obteniendo además entre otros: la plaza como miembro de las Academias peruana y española, el Premio Internacional de Literatura Rómulo Gallegos (1967), el Premio Príncipe de Asturias de las letras (1986), Premio Planeta (1993), Premio Miguel de Cervantes (1994) y decenas de nombramientos Doctor Honoris Causa en las universidades más prestigiosas del mundo. Aquel inquieto joven llamado “el sartrecillo valiente” por la defensa y devoción a Sartre, ahora se distancia algo de las ideas del pensador francés (que llego a rechazar el Nobel). La tónica general es la unidad a la hora de afirmar que es el Nobel más justo de los últimos años.


Estaría encantado de escuchar sus opiniones sobre este autor u otros ámbitos relacionados.